Pasión y Renuncia: Dos caras de la misma moneda

portada voly yipsi

Este fin de semana el deporte cubano vivió dos acontecimientos que parecen antagónicos, pero los unen dos hilos idénticos: pasión y renuncia. Me refiero al triunfo del equipo masculino de voleibol en la Copa Challenger y su clasificación a la Liga de Naciones; y la liberación por voluntad personal de la comisionada nacional de atletismo, Yipsi Moreno.

Los muchachos del voleibol nos devolvieron una alegría que ningún deporte colectivo en Cuba nos regala desde el 2015 (para tomar como punto de referencia el triunfo de los Vegueros de Pinar en la Serie del Caribe del béisbol). Es una generación joven, pero muy talentosa, deseosa de cambiar métodos y de volver a llenar la Ciudad Deportiva como lo hacían sus antecesores.

Este éxito de madrugada para Cuba lo hicieron a golpe de esa pasión por demostrar que ellos pueden ser los herederos verdaderos de aquella medalla olímpica de 1976, de los triunfos en la Copa del Mundo de 1989, del oro en la Liga Mundial de Voleibol de 1998 y de otros tantos que tejimos en la malla alta por más de 30 años, liderados por las Espectaculares Morenas del Caribe con sus tres títulos olímpicos y mundiales.

Pero ellos renunciaron a la inmovilidad, a la inercia que nos desangraba y nos privó contar de los mejores jugadores por casi una década. Con osadía y no pocas trabas, fueron pioneros de la contratación en el extranjero y aceptaron incluso a quienes lo habían hecho a título personal solo con una condición: disciplina y respeto a las decisiones técnicas de nuestra Federación.

De pasión y renuncia, cual ejemplo de remates, deberían llenarse otros deportes, por más que sabemos que no todos son iguales. Si el voleibol, el balonmano, el fútbol y el baloncesto van ya en una carrera feliz de medio fondo, a otros les debe inspirar ese cartel que en la sala sudcoreana portaba un seguidor local de nuestro equipo: “Yo animo a Cuba”.

¿Y qué tiene que ver esto con Yipsi Moreno? Pues en la otrora lanzadora del martillo también hay pasión y renuncia. Nadie como ella ama su deporte más allá de aquellos gritos de P… que acompañaban sus envíos. Y en términos comunicativos, liberación por voluntad personal es el eufemismo más adornado de una renuncia.

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El acto de renunciar no es costumbre en Cuba. De hecho, pocos ministros y directivos de la vida pública lo han hecho, por muy mal trabajo que hubieran desempeñado. Y va más allá de un simple papel firmado, pues detrás quedan historias y desgarraduras, encontronazos y meteduras de patas que nadie sabe al final. Ni el renunciante, ni los que aceptan la decisión.

Evidentemente el atletismo cubano rubricó su peor actuación en el recién campeonato mundial por múltiples razones. Y no se puede negar que quizás la impronta de quien lo dirige haya tenido mucho que ver, pero de ahí a emprenderla con su historia personal o desconocer, como todo ser humano, virtudes y defectos, va un largo trecho.

Se puede haber sido una gran atleta y no necesariamente igual de gran directivo del deporte. En Cuba, para decirlo desde la visión constructiva, los mejores decisores del deporte, casi siempre han llegado desde fuera de la actividad física. Y eso es una asignatura pendiente y bien polémica.

Yipsi lo intentó y le faltó mucho por aprender, como a todos, pero hacerle el juego a quienes solo hablan de las manchas del sol es ver apenas una parte del problema, pues hubo luces en el cuatrienio que le tocó: regreso de glorias deportivas, tres podios olímpicos en Tokio, oro en un mundial de relevo, inserción foránea de atletas, entre otras.

Ojalá que con la misma pasión que el voleibol ganó y Yipsi fue tres veces campeona mundial y monarca olímpica se analicen a fondo los retos de nuestro deporte para un ciclo olímpico más corto y en el que las medallas habrá que disfrutarlas al máximo porque no llegarán en abundancia como en épocas pasadas.

Ojalá que la renuncia a la inmovilidad de los voleibolistas y la actitud no común de pedir no seguir en un cargo también alerten sobre lo mucho que debemos seguir trabajando. El deporte es un reflejo de la sociedad. Quien lo olvide puede dejar trunco cualquier análisis o interpretación objetiva de estos dos hechos que sí tienen dos hilos idénticos de una misma moneda.

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