Desde las gradas la bulla inmensa. Sobre el terreno los peloteros intentan dar el espectáculo más esperado. Vestidos de azul y gris los árbitros ocupan sus puestos en las almohadillas. Detrás de home Janet Moreno. Ya tiene 18 Series Nacionales en sus espaldas en esta función, pero pocas veces ha sido entrevistada en un viaje por ómnibus, camino a Sancti Spíritus, donde no puso reparo a ninguna pregunta, por fuerte que le pareciera.
PRIMERA BOLA
Todo comenzó para ella con la práctica de deportes como el judo, tenis de mesa, atletismo, sóftbol y béisbol, en estos dos últimos con algunos resultados a nivel nacional. Fue una niña hiperactiva, que llegó al mundo del arbitraje en el año 2000 con el sóftbol, y ya para el 2005 se convirtió en la primera mujer que impartía justicia en el máximo certamen de béisbol en Cuba.
“Siempre digo que Felipe Casañas (padre) fue el que me enseñó los secretos de esta profesión; y César Valdés el motor impulsor para que llegara a la Serie Nacional (SN). Rompí el hielo en un partido Villa Clara-Matanzas, en tercera base. Y al segundo día me dijeron que iba para home.
“Estaba Víctor Mesa con Villa Clara, pero no tuve ningún problema ese día con él. Mi primer contratiempo ocurrió en el juego 15 con Villa Clara precisamente. El partido entre ellos y Pinar del Río iba por el inning catorce y cuando fui a pedirle al recogedor de pelota más esféricas porque me quedaba una sola blanca sin usar Víctor me ofendió. Lo boté ahí mismo y luego una vez más que no recuerdo el motivo. Después le daba pena mirarme a la cara, pero la esposa siempre venía disculparse por él”.
STRIKE TIRÁNDOLE
La familia ha sido muy importante en su carrera. Al principio de la SN estuvo mes y medio de Ciego de Ávila a Oriente sin venir a la casa. Y pensó que no aguantaba, hasta lloraba por tanto tiempo fuera. Su papá (ya fallecido) fue hasta la tierra de la piña a verla y le habló: “Si escogiste esto tienes que prepararte para la lejanía y más. Vamos a apoyarte en todo, pero lleva sacrificio”.
“La tercera base para mí es la más difícil porque como es la que aparentemente no se dan muchas jugadas, en ocasiones uno se distrae algo y entonces cuando ocurre la acción se te da apretada porque te coge detrás. La primera almohadilla te obliga a estar dentro del juego todo el tiempo. Y home es la que más me gusta porque me siento dueña del terreno.
“Cuando veo que los receptores se están moviendo mucho les advierto: tú sabes que tienes que estar dentro del cajón hasta que el pitcher suelte la bola. No te me vayas antes. Cuando es un lanzamiento en zona de duda y no lo canto les digo: ¿Para qué te viras si el público viene a verte a ti, no a mí? ¿Quieres tirármelo arriba? Y entonces bajan la cabeza. Yo los trato con mucho respeto para que me respeten”.
BOLA ALTA Y AFUERA
Aunque no ha escapado de un coro ofensivo en algún estadio del país a partir de equivocaciones que entiende el aficionado lleva con orgullo el respeto que le profesan bateadores y mentores, con un récord de apenas seis expulsados (dos veces a Víctor Mesa) y pocas protestas por alguna violación de reglas.
“El bateador nuestro protesta los conteos aquí porque cuando sale no lo hace, incluso con lanzamientos que cantamos en Cuba. Puedo decirte que tenemos muy buena y alta preparación, por eso cuando salimos a torneos internacionales nos ubican detrás de home en casi todos los casos. En lo personal ha pasado en cuatro finales mundiales de béisbol, rama femenina.
“Aquí hay terrenos y estadios muy difíciles. Por ejemplo, en el Cristóbal Labra de la Isla de la Juventud, por la cercanía con las gradas. Sin embargo, la afición más dura, sin duda, es la del Latino, pero no la siento así ya porque lo asumo como el patio de mi casa. En todo el país el público quiere que tú hagas un buen trabajo y si puedes ayudar a su equipo que lo ayudes. Pero ahí es donde algunos se equivocan, pues siempre, estés donde estés, hay que ser imparcial”.
STRIKE EN LA ESQUINA DE ADENTRO
Janet revela con naturalidad que los árbitros se preparan también físicamente. Cuando hacen traslados cortos corren y caminan para estar listos pues trabajar con el sol a las dos de la tarde es duro. Solo el día que va a actuar detrás del plato no corre antes y va directo al juego. Sobre la incorporación del replay es enfática.
“Eso llegó para lograr que los árbitros podamos dormir tranquilos, porque ya no decidimos juegos. Tenemos la posibilidad de que si te equivocas se arregla la jugada. A nadie le gusta equivocarse, pero somos seres humanos y puede suceder. Es un trabajo súper serio. Prefiero el terreno, pero he perdido pocos replay.
“Prefiero no hablar de ningún árbitro de referencia. Cada uno debe tener su estilo y su línea. Si fuera a guiarme por un alguno lo buscaría en Amado Maestri, Germán Águila o Alfredo Paz, que fueron árbitros de mucho respeto. No considero que debemos tener ningún tipo de excentricismo. El espectáculo en un juego de pelota son los peloteros no nosotros”.
BOLA BAJITA CONTRA EL PISO
Con la experiencia de haber actuado en home con lanzadores como Pedro Luis Lazo y Norge Luis Vera está consciente de que superarse es la palabra que no puede faltar en su diccionario. Tiene aún pendiente actuar en home en un play off final y poder ir a unos Juegos Olímpicos o a un Clásico Mundial.
“La primera vez que le trabajé a Lazo empezó a calentar tirando recta y me puse detrás de Peraza a mirar los lanzamientos. Y cuando inició el juego el primer envío fue una slider y no se lo canté. Nunca había visto una slider así. Él caminó hacia delante y me dijo: no te preocupes, que tú no eres la primera que no la canta”. Después me preparé y trabajé el juego normal y jamás tuve problemas con su recta ni su slider.
“Una vez un pelotero empezó a piropearme. Eso fue al principio de actuar en SN. No le hice caso y luego dijo que era tremenda pesada. Eso es preferible porque quiere decir que me hice respetar. Nosotros tratamos de hacerlo lo mejor posible, aunque muchas veces la afición no queda satisfecha. Cuando no se recuerda en un partido importante o decisivo qué árbitro estaba en home eso demuestra que se hizo correcto el trabajo, porque nosotros estamos para pasar inadvertidos”.
FOUL ATRÁS, CONTRA LA MALLA
Janet aclara que es también árbitro nacional de sóftbol, lo que pasa que hace años no se desempeña en ese deporte. Asimismo, refiere que le gustan todos los deportes, pero detesta ponerse a ver en la televisión un juego de pelota cuando terminó de trabajar. Es una rotunda seguidora del argentino Lionel Messi, pero más por irle en contra de su hermano que por una verdadera pasión futbolera.
“Por suerte ya no estoy sola en este mundo del arbitraje del béisbol. Viene un grupo de muchachas, que jugaron también sóftbol o béisbol, y se inclinaron a superarse. Reciben cursos en sus provincias, empiezan a trabajar en las categorías menores y van subiendo hasta la SN, tal y como sucedió este año, donde fuimos cuatro en el partido inaugural de la 62 edición.
“Eso de emparejar los conteos lo dicen los comentaristas y peloteros, pero nosotros no lo hacemos. Es imposibles, porque estamos demasiado concentrados en el trabajo como para pensar en eso. No obstante, reconozco que somos seres humanos y nos podemos equivocar. Le puede pasar al mejor árbitro del mundo”.
TERCER STRIKE PONCHADO
Para el cierre dejó tres anécdotas de momentos complicados como árbitros, así como una confesión sincera, cual mujer enamorada de la vida.
“Tuve un robo de base en segunda, donde el fildeador puso el pie delante de la almohadilla y cuando el jugador fue a tocarla tenía las manos arriba del spike del pelotero. Canté quieto porque había llegado con tiempo, pero en el replay se vio que había llegado a los spikes y no a la base.
“También se me dio el robo de home de Alarcón en Matanzas. Canté quieto también y la cámara lenta me dio la razón. Cuando vi que el receptor se levantó y que el pitcher sacó el pie, me moví bien para el lugar adecuado, pero esa jugada no lo espera nadie. Es bien difícil acertar.
“Y la tercera jugada ocurrió en un partido entre Sancti Spíritus e Industriales. Estaba empatado a dos carreras. Bateaba Frank Camilo y en tres y dos, el pitcher metió una bola por dentro que Yunior Ibarra mascoteó, pero canté bola. El comentarista de la radio empezó a decir que yo no había cantado strike porque era de la Habana. Luego Sancti Spíritus dejó al campo a Industriales y cuando salía del estadio me estaba esperando el comentarista de la radio para pedirme disculpas porque le había preguntado a Ibarra y este le había dicho que era bola. Mañana yo me voy a disculpar con la gente de la radio, me dijo y sonreí.
“Iba al Latino con mi papá que era fanático a los Industriales. Yo no. Soy imparcial siempre. Y no sé si por mujer o por mi calidad, pero no me protestan mucho. Amo al béisbol y al deporte en general. Y algo más… que me regalen flores”.