El pánico en los ojos del perro y su amo. El pánico adueñándose del momento, a oscuras, como la sombra de la muerte, a un paso de perderlo todo.Así era la mirada del pinareño Luis Edel, que desde su cama observaba el viento alzar y realzar cada vez más, las tejas de su cuarto.

Meñique, su mascota que no soporta la lluvia, lo miraba con ojos de niño desprotegido.
De un solo golpe, se abrió una corriente de aire dentro de las paredes, y la lluvia se hizo presente, las tejas se habían marchado y dejaron al descubierto la habitación.
Luis Edel aseguró a Meñique en el baño, único lugar con techo de mampostería, y se puso algo para proteger su cabeza, y salvo lo primero y más importante para el atleta, para el deportista apasionado que es: su bicicleta.
Lo segundo que salva, y que aún no se explica cómo, fue el colchón, ya empapado, para un lugar seco. Así la computadora, los ventiladores, la ropa, aunque quedaron al descubierto, las gomas, las bielas, y cuanto parte de hierro había allí, pero no se podía ver mucho más, dentro de la oscuridad.
La calma reinó a las 5 de la mañana por espacio de 1, hora y media. Los vecinos salieron de sus casas bajo una llovizna pertinaz, pensando que el terror había acabado. El hombre sintió paz, una paz transitoria, que él sabría falsa, inmadura pues los vientos volvieron hasta las 9 de la mañana. Todo había terminado? No, ahora había comenzado la carrera de resistencia.
Después de la tormenta…
Una zona de guerra, pensaba Luis Edel. Todo en el piso, un todo bastante abarcador: techos, paredes, arbole, cables, postes y lágrimas.
Sus compañeros del Cuban Trial Team, sabiendo de la situación, trataban de comunicar con el sin éxito. No fue hasta el día siguiente, cuando lograron comunicar.
“Luis Edel ha sufrió daños en su casa en Pinar del Rio, en el techo de su vivienda, veremos en como lo podemos ayudar “escribe Yitzania Prada, una de las atletas más activas del Club.
Él sabe que el amor por los miembros del Club, es uno que va más allá del deporte, por eso los trata de calmar, diciéndoles que no se preocuparan que él iba a salir adelante

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No hubo calma alguna, de una manera huracanada los miembros del club se unieron para conseguir la tarjeta de transferencia, y aportar modestamente efectivo para resarcir los daños.
Al rato, el presidente del Trail Team, le agradece a los socios por su contribución y anuncia la buena noticia: Hemos donado a Luis Edel 30 mil pesos cubanos.
No sabe qué decir, no sabe si asombrarse o estar en modo zen, Luis Edel no imagina que tantos mensajes llegados a su celular, son un pequeño granito de arena para restaurar su hábitat. “Antes, mi compromiso con el Cuban Trail Team era serio, ahora lo será aún más”
Y escribe : “Una vez más vuelvo a a agradecer al club ,a todos sus integrantes , sin dudas esto es más que un club , esto es mucho mas… quiero decir tantas cosas en agradecimiento que al final no me sale nada”.
Luis Edel sabe que en dos días pasaron dos huracanes: Ian , el malévolo, el apocalíptico , el antihumano ; pero otro llamado CTT le ha devuelto un poquito de esperanza, en medio del caos.